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lunes, 15 de julio de 2013

CAPITULO 1:

-¡Vamos corre, que no llegamos a clase!
-Si son las nueve menos cuarto, tarde ya es Clara.
Clara coge del brazo a su mejor amiga Bianca, arrastrándola por los pasillos de su instituto, corriendo aunque estaba prohibido. Llegaban tarde a su primera clase por el mismo motivo que el resto de los días: se quedaban dormidas. Lo peor no era la regañina del profesor, sino que ya llevaban llegando tarde unos días, y podían llamar a sus padres.
Cuando llegaron a la puerta estaban agotadas, y se tomaron unos segundos para respirar, hasta que oyeron como alguien abría la puerta, haciendo que ellas recobraran la postura. Era su profesor de matemáticas, malhumorado como todas las mañanas.
-¿Qué son estas horas de llegar?
-Se me estropeo el coche-dijo Clara rápidamente, a ver si conseguía librarse del castigo.
Bianca se quedó callada, Clara le había quitado su escusa y no se le ocurría otra cosa para encubrirse. El profesor espero que la rubia dijese su escusa, pero ella no dijo nada y el perdió la paciencia, así que la castigo en la hora del recreo.
-Te quedaras castigada en esta aula hoy tú y Alex.
Bianca se quedó de piedra ante ese nombre, justamente le tocaba quedarse con la persona que más odiaba. Clara la hizo salir del trance a su amiga y se dirigieron a sus asientos, Clara feliz ya que se libró del castigo, y Bianca malhumorada y diciéndole barbaridades a su amiga.
-Me traicionaste-dijo Bianca sentándose en el asiento cerca de la ventana.
-O vamos, si te vas a quedar con el chico más bueno de la clase.-decía Clara mientras se sentaba en el asiento vacío que estaba al lado de su amiga
Bianca la mando una mirada asesina a su amiga, y luego dirigió su mirada a los asientos de detrás suyo, observando a Alex. Él estaba hablando con su amigo Miguel, riéndose muy escandalosamente. Cuando el chico moreno se dio cuenta de que Bianca le mirada, desvió su mirada de su amigo a la rubia, encontrándose son los ojos azules de ella.
-¿Qué pasa Bianca? Si querías quedar conmigo podías habérmelo pedido.-Dijo Alex volviendo a reírse escandalosamente, Bianca aparto su mirada y le enseño el dedo corazón al chico, haciendo que la clase que estuvo atento ante la discusión de los dos se riese.
-Ya basta chicos, sacad los ejercicios, vamos a corregir.-dijo el profesor entrando a la clase, mientras los alumnos se quejaban en alto.
Las clases pasaron muy lentas para los alumnos, pero gracias a Dios llego la hora del recreo, y todos estaban felices por salir de esas clases, excepto Bianca y Alex, que se quedaron en sus asientos malhumorados, quejándose de no haberse levantado antes.
-No me dejes aquí-decía Bianca implorando a su amiga que la salvase de quedarse con el moreno.- ¿Y si me viola mientras no estás?
Clara solo pudo reír ante esa ocurrencia y se marchó por la puerta, pensando en lo divertido que se lo pasaran los dos solos. Pero ante este último pensamiento solo consiguió que le doliese ligeramente el pecho.
-¿Estas bien?-dijo un chico rozando el hombro a la castaña.
Ella levanto la mirada y se encontró con unos ojos marones, los de Miguel, que la miraban con una cara de preocupación.
-Yo siempre-dijo ocultando el malestar bajo una sonrisa falsa, aunque él no la creyó, pero tampoco iba a preguntarla.
-Venga vamos a la cafetería, que te invito a un croissant.
-No hace falta que me invites-dijo ella.
-Si quiero invitarte, lo hare.

Y ante esto se fueron los dos directos a la cafetería, charlando animadamente, sin saber que pasara entre sus amigos dentro de ese aula.

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